También fue
un inmenso éxito comercial, convirtiéndose en el libro de mayor venta en
español en la historia moderna, después de Don Quijote. Sin duda, se trata de
la obra maestra del autor, la cual tardó 15 meses en madurar hasta convertirse
en libro y llegó a ser la principal causa del encierro y clausura de su autor
durante dicho periodo de creación.
Cien años de
soledad contiene varias ideas sobre el tiempo. A pesar de que la historia puede
ser leída como una progresión lineal de los acontecimientos, tanto en el
momento de considerar la vida de las personas y la historia de Macondo, García
Márquez permite espacio para otras interpretaciones.
Aunque el
título implica que la historia se recorre durante cien años, no está claro
exactamente cuánto tiempo se refiere a la descripción. Esta ambigüedad continúa
en la novela en la que el tratamiento del tiempo decae y remonta en diversas
ocasiones, aparecen cambios de velocidad, o se detiene por completo en
diferentes partes de la historia, ya que todos los eventos que suceden en
cierto sentido ocurren al mismo tiempo.
La novela
explora la cuestión de la vigencia o la eternidad, incluso en el marco de la
existencia mortal. Una de las principales características con la que lleva a
cabo esta tarea es el laboratorio del alquimista en la casa de familia Buendía,
que fue diseñado por Melquíades cerca del inicio de la historia y que se
mantiene esencialmente sin cambios a lo largo de todo su curso como un lugar
donde los personajes masculinos Buendía pueden complacer su voluntad a la
soledad, ya sea a través de los intentos de desmontar el mundo con la razón
como en el caso de José Arcadio Buendía. Un sentido de inevitabilidad prevalece
en todo el texto, la sensación de que independientemente de qué manera se ve el
momento, su naturaleza es la que abarca una veraz admisión.
Al igual que
muchas otras novelas de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad cruza los
géneros, y combina elementos de romance, historia con fantasía. El estilo
narrativo de la novela fue especialmente elogiado y ampliamente estudiado, pero
a menudo manifiestamente ridículo, y que combina con majestuosidad la
utilización de metáforas así como la ironía.
Los críticos
suelen citar algunas obras de García Márquez, como "un hombre muy viejo
con alas enormes" y Cien años de soledad, como ejemplar del realismo
mágico, un estilo de escritura en la que lo sobrenatural se presenta como
mundano, y el mundo como sobrenaturales o extraordinarios. El término fue
acuñado por el crítico de arte alemán Franz Roh en 1925.
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